Todos sabemos que es una báscula, es un cacharro tirado en el suelo, mecánico (cada vez menos) o digital, que marca una cifra.
Esa cifra no nos está hablando de la composición corporal, en esa cifra va el hueso, el músculo, la sangre, órganos, etc.

Esa cifra varía a lo largo del día y también de un día para otro. Ejemplos:

– Ir al baño, no creo que haga falta decir nada más.
– Si hacemos carga/descarga de hidratos, estos se almacenan hidratados, con lo que se gana o pierde glúcogeno y agua.
– Si hacemos ayuno intermitente, mismo motivo que el punto anterior, perdemos glúcogeno y agua.
– Si haces ejercicio de fuerza ganas músculo, y aunque es un proceso lento, se acaba notando en la báscula.
– En la fase lútea del ciclo menstrual se gana peso.

¿Y LAS DE BIOMPEDANCIA?

Vamos a ver muy rápido como funciona una báscula de bioimpedancia.

Estas básculas emiten una pequeña corriente eléctrica que recorre el cuerpo y se basan en una VALORACIÓN INDIRECTA del volumen del agua corporal, y a partir de esos valores ESTIMAN la grasa y el músculo.
Esta corriente siempre va a recorrer el camino que menos resistencia le ofrezca y esto ya provoca un error en la mayoría de las básculas domésticas. Estas poseen los electrodos en cada planta de los pies, con lo que se cierra el circuito a través de la pelvis. (recordemos que la corriente va por el camino que menos resistencia le ofrece, e ir de un pie a otro no le hace falta pasar por la cabeza)
Las de 4 electrodos son algo mejores, ya que 2 están en cada mano, pero también son inexactas en cuanto a medición.

Veamos algunos ejemplos de porque las básculas d bioimpedancia tampoco son fiables:

– Misma persona, mismo día y lugar de medición, distintas básculas, nos da distintos resultados.
– Variaciones de temperatura de +/- 5º
– Beber agua o estar deshidratado.
– Si tienes la vejiga llena o no.
– Si has realizado ejercicio.

Para intentar amortiguar estos resultados existe un PROTOCOLO para intentar que las cifras en distintas pesadas, sean en la condiciones más parecidas posibles.

Para ver como cambia tu cuerpo no te hace falta una báscula, recuerda que si haces una recomposición corporal es muy probable que no bajes de peso, pero tu cuerpo no se verá igual (1kg de grasa ocupa más volumen que 1 kg de músculo). Y para ello es ideal unas fotografías, una vez al mes te haces unas fotos de frente y de perfil y vas viendo los logros alcanzados.

Que no estas en recomposición y solo quieres perder volumen, tu ropa es el mejor indicativo. El apretar un agujero más al cinturón o ir renovando el armario a tallas más pequeñas son un buen camino.

CONCLUSIÓN: no os obsesionéis con la cifra que marca un cacharro que solo estima unas variables. El cambio físico a través de unas fotos o de la ropa, son buenos indicadores.